Leonel y cuando Pucela miró a Colombia

Una formación del Real Valladolid de los colombiano en el Bernabéu y una imagen de Leonel como entrenador del Cerro. A la izquierda en su segundo año en Pucela

José Anselmo Moreno

Leonel de Jesús Álvarez Zuleta fue el único colombiano que cuajó en Valladolid hasta que llegó Harold Lozano. También fue el más discreto de aquella primera remesa de colombianos. Álvarez, no llamaba tanto la atención pero fue el mejor, el que más dio la cara y, probablemente, el más recordado por la afición.

Sin embargo, el más mediático de todos fue René Higuita, pero se marchó a mitad de temporada porque, entre otras cosas, no cobraba. No obstante su rendimiento fue altamente decepcionante. Recuerdo ver un partido en mi cabina de Zorrilla junto al exguardameta del Atlético Pacheco, entonces locutor de la Cadena Ser en Logroño, y comentaba que las deficiencias técnicas de Higuita como portero eran notables. De hecho, hasta los once años jugó de delantero. Sin embargo, su llegada revolucionó la ciudad e hizo al Real Valladolid un club mediático que abría páginas de diarios deportivos. Es más, mi compañero Antoni Daimiel vino un día expresamente de Madrid para hacer un reportaje al peluquero de Higuita. Antoni, un vallisoletano oriundo y orgulloso de serlo (nació en Ciudad Real), estaba entonces de becario en Canal Plus.

El idilio de Valladolid y Colombia empezó entonces pero, más tarde, continuó en el tiempo. Hasta diez de los 53 colombianos que han jugado en Primera lo hicieron en el Real Valladolid. A escala, Pucela ha sido para el fútbol colombiano lo que fue el equipo Kelme supuso para “los escarabajos” que irrumpieron en el ciclismo europeo en la década de los ochenta.
Todo empezó en la temporada 1990/1991, cuando llegó al equipo de Zorrilla Francisco “Pacho” Maturana tras haber llamado mucho la atención en el Mundial de Italia. El año siguiente, la campaña 1991/1992 se inició también con Maturana en el banquillo más tres jugadores colombianos: Carlos Valderrama y los referidos Leonel Álvarez y René Higuita. Aquella “apuesta” dejó una huella notable pero no acabó nada bien, ya que el equipo descendió y Maturana fue sustituido por Javier Yepes antes de acabar la temporada. El entonces presidente, Andrés Martín, había empeñado su palabra si Maturana dejaba de ser entrenador y se marchó con él. Esto es solo un boceto, así que después volveremos con detalle a aquella temporada y a uno de sus protagonistas.

EL IDILIO CON COLOMBIA

Hasta una docena de jugadores colombianos, contando al delantero del filial Luis Suárez, que fue convocado dos partidos con el primer equipo, han vestido en alguna ocasión la camiseta blanquivioleta con distinta suerte.

Han sido, sin establecer un orden cronológico, desde el centrocampista Harold Lozano, a los delanteros Edwin Congo, Jairo Castillo y Humberto Osorio o los defensas José Julián de la Cuesta, Johan Mojica y Gilberto Alcatraz. También estuvo a punto de hacerlo hace años el mediocentro Abel Aguilar, pero a última hora se rompieron las negociaciones cuando ya todo estaba acordado.
Para empezar, el centrocampista John Harold Lozano jugó en el Real Valladolid durante seis temporadas tras fichar desde el América de Cali y ha sido, con 111 partidos en su haber, el colombiano más “rentable” para el Real Valladolid, hasta se empató un partido en el Bernabéu gracias a su habilidad para imitar el silbato del árbitro. Precisamente recomendado por Lozano llegó a Pucela un defensa joven, potente y con mucho recorrido, Gilberto “Alcatraz” García. Fue el octavo “pasajero” colombiano de la historia blanquivioleta pero no llegó a cuajar. Se le recuerda por un golazo en Valencia y un accidente de tráfico. Poco más.

El siguiente a Alcatraz fue Humberto Osorio, delantero de 25 años, que tras descender con el San Martín de San Juan (Argentina) descendió también con el Real Valladolid de Juan Ignacio Martínez. Marcó un gol al Real Madrid que parecía casi salvador, pero después falló una ocasión ante el Betis en aquel partido que acabó 4-3, marcado por un error del guardameta Jaime. Mejor ni recordarlo.

LEONEL Y LOS DEMÁS

Vamos con Leonel y compañía. A tal punto dejó rastro en la capital del Pisuerga la “quinta” colombiana de la mencionada campaña 91/92 que la serie televisiva “La Selección’, que emitió en Colombia el canal Caracol Televisión, estuvo durante un mes en Valladolid para recrear el paso de aquellos jugadores que llegaron de la mano de Pacho Maturana.

Maturana, por cierto, estuvo a punto de entrenar al Real Madrid tras su primera temporada en Pucela. Mendoza cerró su llegada para la temporada 91-92 pero Radomir Antic, que cogió al Madrid en mitad de la liga, no paraba de ganar partidos y Mendoza rompió su compromiso para mantener a Antic al año siguiente. El técnico colombiano, odontólogo de formación, se mordió la lengua no dijo nada y renovó por el Real Valladolid con la petición expresa de fichar a dos compatriotas más que se unirían a Leonel.

Leonel Álvarez fue el que menos llamó la atención de aquel desembarco de colombianos que vivió Pucela a principios de los noventa. Aquello fue un «em-pacho» en toda regla que no fue bien digerido por casi nadie. De hecho, Gonzalo Gonzalo en su huída hacia adelante auguraba un récord de abonados que estuvo muy lejos de producirse. Y es que solamente Leonel, que llegó procedente del Nacional de Medellín a cambio de 30 millones de pesetas, mostró hasta el último día de blanquivioleta una entrega incondicional al escudo, como lo hizo siempre con su selección porque ese era su principal rasgo: la entrega. De hecho, continúa siendo el tercer jugador con más internacionalidades por Colombia, con cuya camiseta disputó cuatro Copas de América y dos Mundiales, el de Italia 90 y el de Estados Unidos en 1994.


En su primera temporada en Pucela jugó 21 partidos y fue el alma del equipo tras llegar a mitad de liga en el lugar del brasileño Alexi Stival «Cuca», hoy entrenador de éxito en Brasil. Maturana, que pidió insistentemente su fichaje, le ponía junto a Andoni Ayarza como doble pivote, con Eduardo Vílchez y Gaby Moya por delante. Siempre jugaba el colombiano con dos medios defensivos, dos ofensivos y dos delanteros, dejando las bandas para los laterales.

En su segunda campaña en Pucela, Leonel tiró del carro, del suyo y del de sus compatriotas pues, pese a las expectativas creadas con los fichajes de Higuita y Valderrama, aquello fue un fracaso estrepitoso que culminó con el descenso a Segunda División. También es verdad que el club tampoco cumplió sus compromisos económicos con ellos. Así las cosas, Álvarez, que fue traspasado al América de Cali a precio de saldo, jugó aquel año solamente 14 partidos y fue expulsado hasta tres veces porque recurría con frecuencia a la dureza ante la impotencia que el equipo mostraba sobre el campo.

Tuvo que irse en invierno por los problemas económicos de la entidad y tampoco algunos directivos simpatizaban precisamente con los colombianos. Sin embargo, Leonel nunca se borró y hasta el último día metió la pierna, al punto de que fue expulsado en su último partido en España con el Valladolid en el Camp Nou por doble amarilla.

Hasta el último día el público de Valladolid aplaudía a Leonel mientras pitaba a Higuita o a Valderrama. No tenía nada pues contra los colombianos por el hecho de serlo. La cosa iba de rendimiento y la gente de Pucela no suele perdonar la falta de implicación. Maturana llegó a plantearse no alinear a sus compatriotas en los partidos de casa. A ese punto llegó la situación con la grada, aunque los compañeros (sobre todo los más jóvenes) siempre hablaron maravillas de todos ellos como personas. En eso también destacaba Leonel Álvarez, siempre ayudando al jugador que subía del Promesas y tuvo tarea, ya que en aquella temporada debutaron once del filial con el primer equipo. Mientras algunos veteranos no lo veían del todo bien, Leonel los aconsejaba bien y los recibía con los brazos abiertos.

REGRESO A COLOMBIA

Tras pasar por el Real Valladolid, Leonel volvió a su país dejando muchos y buenos amigos en Pucela con los que todavía mantiene contacto. Futbolísticamente su carrera aún dio muchas vueltas. En enero de 1996 se fue al Dallas Burn de Estados Unidos y en 1997 jugó unos meses en el Veracruz mexicano. Regresó a Dallas en 1998 y después jugó en los New England Revolution. Ya con la retirada en el horizonte, en 2002 jugó en el Deportivo Pereira y en 2003 en el Deportes Quindío, donde colgó las botas un año después.

Fue entonces cuando comenzó una dilatada carrera como entrenador y dirigiendo, entre otros grandes equipos, al Cerro Porteño de Paraguay. Ha entrenado también en Colombia, México y a otros equipos paraguayos, siendo sus clubes más representativos el Once Caldas, el Deportivo Cali, el Independiente de Medellín o el referido Cerro Porteño. Lleva un año sin entrenar pero dice, con la ansiedad y la pasión de quien lleva dentro el fútbol, que ya está deseando hacerlo y sigue al Real Valladolid en la distancia porque su etapa aquí le marcó «mucho» y, aunque breve, le dejó una huella imborrable. Esa huella es recíproca.

Aquí sigue teniendo amigos y uno de ellos es César Lomas, un exdirectivo de la época con especial capacidad para calar entre los futbolistas (Yáñez le dejó su vehículo Mercedes cuando se marchó). En la etapa de los colombianos, Lomas tenía el restaurante Los Tarantos en Boecillo (allí iban a veces los jugadores) y actualmente regenta varios negocios de hostelería en el Polígono San Cristóbal. Tanto él como Andrés Martín eran afines a los colombianos y muy amigos de Pacho Maturana. De hecho, contado está que el segundo de ellos dimitió con su salida y el primero siempre se solidarizó con su situación en Valladolid. Lomas y la solidaridad van de la mano, ahora vive entregado a la cooperación con el Sahara Occidental, adonde acude cada verano. Eso da para otro capítulo y otra temática…

Foto del inolvidable Agustín Vega que fue portada del diario AS cuando el Real Valladolid de los colombianos jugó en el Bernabéu.
Portada de As con las dos primeras páginas del Pucela (el diario solo tenía entonces edición nacional)
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Carlos Valerrama y Maturana (izquierda)
Higuita y Maturana en la actualidad

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