Kike Sala, la Copa desde el banquillo

El día de la huelga de futbolistas de 1984. Fue el único profesional que jugó junto a chavales del Promesas y el juvenil. A la izquierda en una imagen reciente

José Anselmo Moreno

Enrique Sala Saumell, conocido como Kike Sala, era el suplente de Fenoy en la Copa de la Liga y durante dos temporadas más, solamente fue titular en tres partidos y uno de ellos fue por la huelga de futbolistas de 1984, ahora trabaja como delegado en el equipo de la moral, el Alcoyano, tras haberlo sido también del Hércules y durante un desplazamiento con el equipo se muestra telefónicamente «muy agradecido» por vincularle de nuevo con aquello y repite en varias ocasiones que lleva a Pucela en el corazón.
Kike, como Aracil, fue siempre más del Hércules. Al equipo alicantino llegó con apenas 12 años cuando ingresó en el equipo de infantiles. A partir de ahí, y tras pasar por todas las categorías inferiores y se convirtió en un icono del club al haber jugado más de 80 partidos defendiendo la elástica blanquiazul.
Fue portero del Hércules a principios de los 80, durante buena parte de la época dorada del club en Primera, cuando compartió portería con metas como César, Amador, Amigó o Tomasewsky. Tras jugar en Valladolid, lo hizo también en el Albacete, Xerez y Eldense.

Tras la retirada

Tras dejar los terrenos de juego y los negocios, Kike volvió al club alicantino para desempeñar distintas funciones, siendo la última de ellas la de delegado de campo y del primer equipo, labor que desarrolló durante nueve temporadas, una de ellas junto al exentrenador del Real Valladolid, José Rojo ‘Pacheta’.

Evoca aquellos días de la Copa de la Liga con una alegría inmensa: «Aún me emociono al recordarlo, aunque no participé jugando sí estuve en el banquillo en todos los partidos y sobre todo recuerdo el ambiente el día de la final contra el Atlético de Madrid que fue maravilloso, con la ciudad volcada y tengo un gran recuerdo de aquel grupo, hicimos una gran amistad», afirma.

Rememora también la primera eliminatoria de la UEFA contra el Rijeka. De hecho, aquella fue la primera de las cuatro copas de la Liga, torneo que se sigue disputando en otros países, que obtuvo el premio de la participación europea. «Fuimos a lo que era la antigua Yugoslavia y también fue una experiencia inolvidable para mí, era un momento histórico para todos, siempre tengo a Pucela presente y lo he seguido siempre desde que me fui de allí», agrega Sala.

Después del fútbol, relata que continuó con un negocio familiar durante más de 20 años y cuando ya lo tuvo que dejar, como consecuencia de la crisis económica, llegó su última etapa en el Hércules, cuando empezó con un tema de marketing y de gestión de la ropa deportiva: «Llevé la tienda del hércules y después los jugadores pidieron que fuera el delegado y he estado unos 10 años de delegado del Hércules. Cuando ya me iba a jubilar el pasado verano me llamó el Alcoyano para ver si los podía echar un cable, con mi experiencia delegado en el Hércules y este año en Alcoy también ha sido una experiencia agradable».

Concluye recalcando que nunca podrá olvidar su etapa en Pucela y que está muy agradecido a todos sus compañeros de aquella época y a la ciudad de Valladolid. Afirma que le encantaría un reencuentro con aquellos compañeros y pregunta por algunos de ellos. Lamentó mucho la muerte de Manolo Peña, cuya tía es compañera suya en una coral de Alicante y se despide deseando el ascenso del Real Valladolid.

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