Víctor, el más listo de la clase

Con Juan Carlos, en los Anexos
En un partido contra el FC Barcelona, entre Messi y Puyol

José Anselmo Moreno

Víctor era el más listo de la clase. La viveza hecha fútbol. Vino a cambio de cien millones de pesetas y con algunas reticencias porque Cantatore le había tenido en el Tenerife y no le ponía pero bien sabía el chileno lo que fichaba para el Valladolid. Debutó durante el verano del 96 en un torneo de verano en Alicante ante el Atlético de Madrid, ya dejó patente esa noche que la inversión iba a ser rentable, Lo fue años después cuando se marchó al Villarreal y dejó un buen dinero en las arcas del Real Valladolid, entonces entre vacías e inexistentes.

Uno de los partidos más completos que hizo fue ante el Barcelona de Ronaldo Nazario en Zorrilla con Víctor y con victoria inolviable (3-1) en uno los mejores encuentros jamas vistos a un equipo vestido de blanquivioleta. Fue el año del Europucela, un equipo al que daba gusto ver y, de hecho, iban 24.000 pesonas a un partido cualquiera contra el Valencia, por ejemplo. Claro que ese partido terminaba 4-1 y era espectáculo en estado puro. No ha vuelto a verse en Zorrilla un fútbol de tantos quilates pero es que en ese equipo estaba Víctor junto a Peternac, Edu Manga, Fernando, Julio César, Peña… Mucho talento mezclado y un entrenador sabio fumando y tomando decisiones en el banquillo. Aquella plantilla, no muy largo por cierto, no tenía miedo a nadie.

Y hablando de Víctor y de victorias, no hace tanto se cumplió una década del gol más súbito y rápido en la historia de la Liga, siete segundos tardó el Real Valladolid en marcar su primer tanto en Zorrilla al Espanyol durante un partido de la temporada 2007/08 y que acabó 2-1 para los locales. Pues bien, ese tanto se gestó en la cabeza de Víctor Manuel Fernández.

El Valladolid vivía entonces días de fulgor en Primera División de la mano de Mendilibar. Aquel gol, en realidad, lo culminó Joseba Llorente pero el auténtico ideólogo fue Víctor, quien confiesa que ya lo había intentado en más ocasiones con «El Chino» Losada y Toché, como socios. Ninguna de las veces salió. A Losada, de hecho, le pegó el balón en la espalda mientras corría hacia la portería.

Esa jugada de tiralíneas es, a juicio de Víctor, «muy difícil» de repetir. Recordemos que fue en el saque inicial, habían transcurrido exactamente 7 segundos y 11 centésimas cuando Llorente aprovechó un pase milimétrico para marcar el primer gol del referido partido antes de que muchos espectadores hubieran llegado a su asiento. Aquello fue una vacuna para los impuntuales. Mientras tanto, en la cabina 7, admito que quien esto escribe estaba sincronizando el cronómetro con el inicio de partido y se perdió los dos primeros segundos. Al fin y al cabo era poco más que un pestañeo pero, dadas las circunstancias, casi era perderse la mitad de la jugada. La viveza de Víctor Fernández, el estado de gracia en el que se hallaba entonces Llorente y la falta de concentración de la zaga españolista depararon ese tanto que acumula ya doce años de vigencia como el más apresurado de la historia.

IMPOSIBLE DE SUPERAR

Será casi imposible superarlo porque no se puede hacer lo mismo en menos tiempo, según reconoce Víctor, actual entrenador del primer juvenil blanquivioleta. «Es complicadísimo hacer un gol más pronto, solamente en un saque de centro directo y, aún así, tendría que fallar mucho el portero». En efecto, porque el tanto aludido es un acierto pleno de quien lo marca y el portero muy poco puede hacer salvo salir o ver cómo el balón le supera.

Aquello fue un 20 de enero de 2008 hacía frío en Valladolid pero el sol apareció para dar fe y testimonio del momento histórico. Y la historia comenzó camino del túnel de vestuarios, Víctor le dijo a Joseba que si le apetecía correr y… dicho y hecho. En el saque de centro, el extremeño dio una vuelta sobre sí mismo con el balón, el objetivo era despistar al contrario, amagando con un pase atrás. En su opinión, «algunas defensas suelen salir frías y les cuesta entrar en partido». Mientras Víctor giraba sobre sí mismo a modo de embuste, Llorente había salido disparado hacia la portería rival como si persiguiera a un ladrón que acabase de robarle la cartera. Hasta su propio suegro en la grada decía: ¿pero… adónde va ese loco?

Sin embargo, tras recibir el pase largo de su compañero, a la espalda de los defensas, el delantero de Hondarribia elevó el balón por encima de un sorprendido Iñaki Lafuente, quien había salido de la portería para tapar el remate. Por poner en contexto esta proeza, hay que constatar que el anterior récord en España estaba en posesión del ariete uruguayo Darío Silva que en diciembre de 2000, en un partido que enfrentaba al Málaga precisamente con el Valladolid, marcó a los ocho segundos.

El tanto más tempranero de la historia del fútbol mundial fue obra de Ricardo Oliveira, el 26 de diciembre de 1998, durante un torneo regional uruguayo. Oliveira marcó a los 2,10 segundos de iniciarse el partido entre Río Negro y Soriano Interior y, como comenta Víctor, fue directamente en un saque de centro con descuido del portero. No hay otro modo.

Tras retirarse, Víctor ha sido entrenador y tiene en Castronuño uno de sus lugares en el mundo. Su mujer es vallisoletana y él va camino de ello aunque naciera en Cáceres y se criase al sur de Madrid. Tanta huella ha dejado en Pucela que dejó para la historia ese gol supersónico prácticamente irrepetible. Un aficionado del Real Valladolid siempre podrá decir: «yo estuve allí», en el gol más rápido de la historia o en el 3-8 de Oviedo, o en el primer partido que se perdió por alineación indebida de cinco extranjeros, o en la gesta de aquella Copa de la Liga o en el primer gol de Jorge en Zorrilla. También puede recordar el día que el Pucela salió con dos porteros (Fenoy y Wirth) o el partido en que debutó un japonés y… tantas y tantas cosas que han vivido los sufridores de un club con MUCHA historia. También podrán decir que vieron jugar a Víctor Manuel Fernández, un futbolista tan extraordinario como irrepetible. Histórico.

En realidad, resaltar lo histórico era la intención de estas páginas, ya solo falta la prórroga. El objetivo era, y es, poner en valor el pasado de un club más grande de lo que a veces nos parece cuando se pierden cuatro partidos seguidos y nos sentimos insignificantes. Pues no, tanta historia tiene el Pucela, y tantos protagonistas, que da para muchas entregas como esta. Historia ya sabida por muchos pero no por todos y lo escrito, queda para siempre.

Esta es la primera parte, como ese gol más rápido, invariablemente histórico que recordamos para abrochar estas 40 historias en blanco y violeta.

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